VOLARTE, una «road movie» de emprendedores

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Dpto. Comunicación SECOT

Dos jóvenes, trabajadores por cuenta ajena, coinciden en una agencia de comunicación en Castilla-La Mancha. Ella es periodista (24 años) y antes de llegar hasta allí ha vivido y estudiado en Salamanca y Madrid; él es diseñador gráfico (30 años), ha vivido y estudiado en Valencia y Sevilla.
 

Tras un tiempo de adaptación al medio, deciden crear su propia agencia. Lo tienen decidido: se llamará Volarte, tendrá el campamento base en Puertollano y ofrecerá estrategias de comunicación online y offline a las organizaciones (consultoría de comunicación, community management, dirección de arte, branding, producción audiovisual, etc.).
Volarte empezará a desarrollar su actividad teniendo presente: "no vamos a ser los más baratos por el hecho de ser jóvenes; vamos a intentar ser los mejores, aprovechando que somos buenos". Una mañana salen a la calle, dispuestos a emprender definitivamente, a levantar una empresa desde cero. En ese momento, ya en las noticias, economistas, políticos y banqueros se ponen por fin de acuerdo: ha empezado la crisis. Y es mundial.
Volarte se constituye en plena crisis (2008). Sin clientes. Sin financiación. Sin miedo. Los primeros proyectos llegan despacio y son "pequeños". Volarte los afronta como si fuesen grandes y poderosos. El proyecto más importante que jamás haya soñado.
 

La pequeña agencia invierte en grandes valores: creatividad, innovación, lealtad… La máquina ya está engrasada. Sin acciones comerciales ni ostentación de los triunfos puntuales -también es bueno invertir en humildad-,  la exhibición de sus primeros proyectos atrae a nuevos clientes. La relación entre los buenos resultados del trabajo final y la llegada de nuevos proyectos es exponencial. En apenas dos años, Volarte amplia su marco de actuación: primero local; después regional y nacional; finalmente, internacional.
 

En su tercer año de andadura, la marca Volarte se parece mucho a la que habíamos imaginado al inicio. Sus trabajos han llegado a EEUU, Ucrania y Alemania. Su facturación bruta se duplica cada año y la red de clientes se ha triplicado desde 2008. Este tramo del viaje ha merecido la pena, pero creemos que gran parte del camino todavía está por recorrer.
Volarte aprovecha esta breve parada, esta estación de servicio, para estirar un poco las piernas, y también para dar la enhorabuena a   SECOT, a la iniciativa en sí y a todos los seniors que la hacen posible. Es una enhorabuena tan sincera como enérgica. No se puede describir en una línea de texto. Es un abrazo fuerte de alguien que va a continuar su viaje, su cuarto año de experiencia empresarial. 

VOLARTE es Miembro Colaborador de SECOT